Arkiv för februari, 2018

04
Feb
18

El Salvador bajo la dictadura de los políticos

Los funcionarios estatales de primer nivel de los tres poderes del Estado y los altos ejecutivos de las instituciones autónomas gastan demasiado presupuesto en lujos, comodidades y altísimos salarios. Existe en ellos la marcada tendencia de cargar a cuenta del presupuesto estatal, hasta sus gastos más íntimos, familiares y personales.

Cualquiera diría que el funcionariado estatal salvadoreño se dedica a devorar el presupuesto nacional aún y cuando hay una marcada carencia de recursos en otras instancias, por ejemplo en infraestuctura educativa a todos los niveles: primaria, secundaria y superior; infraestuctura hospitalaria; infraestuctura policial; infraestructura de los barrios populares, etc, etc…

Periodistas, analistas, formadores de opinión; el pueblo llano; cada vez que pueden hacen ver el severo desface que hay entre el lujoso tren de vida que lleva la alta burocracia y la limitada capacidad de pago y gastos que tiene el Estado. Definitivamente los burócratas salvadoreños cobran mucho más de lo que vale su trabajo y de las posibilidades del país, lo cual es una de las principales causas  del crónico empobrecimiento de los estratos populares de la sociedad, y causa que el Estado desaparezca de las zonas más deprimidas, dejando allí la autoridad en manos de las pandillas.

Pero ministros, diputados, altos jueces y ejecutivos de entidades autónomas hacen oídos sordos a los señalamientos de los comentaristas. Se encuentran muy cómodos formando parte de un engranaje político administrativo en que ellos, prácticamente, desempeñan el papel de  parásitos.

Hay una ex diputada, supuestamente de izquierda y revolucionaria, de cuyo nombre no quiero acordarme para no entorpecer su carrera electoral, que opina firmemente que es preferible contratar multimillonarios seguros médicos a favor de los altos funcionarios estatales, que utilizar ese dinero para dotar de calidad a la red hospitalaria nacional, de tal modo que estos funcionarios no se avergüensen de acudir a esta red. Opina la exdiputada, por ejemplo, que un diputado saldría aún mas enfermo si acude a un hospital público. Carece de la noción esta candidata que el papel que verdaderamente deberían cumplir los diputados es crear leyes para que sean superadas las precarias condiciones de vida de la sociedad y avanzar de este modo hacia la igualdad social. ¿Qué clase de revolución y socialismo habrá en la cabeza de esta señora candidata?

Cada fin de año los diputados llevan a cabo un extraño ritual carente de toda lógica económica, en lo que administrar un Estado se refiere: recogen los remanentes presupuestarios (podrían ser decenas de millones), que no se invirtieron a lo largo del año, y donan esos remanentes a ONGs, muchas de ellas administradas por ellos mismos o por familiares cercanos. Estas ONG están eximidas de dar a conocer sus libros contables y procesos administrativos. Aquí hay una clara fuga (por no decir apropiación particular), de recursos presupuestarios que deberían servir para mejorar la calidad de vida del pueblo!

Hacer oídos sordos a los requerimientos populares ante perversas prácticas estatales tan evidentes y de tal magnitud, es ya haber escalado el primer peldaño que conduce a la corrupción y a la dictadura: en este contexto se impone la voluntad del estamento político por sobre la voluntad del pueblo, del cual supuestamente emana el poder con que actúa esta casta dirigente.

Los nuevos miembros del estamento político que abordaron la triste nave del Estado salvadoreño en la época post acuerdos, se escudan en que este régimen administrativo no es invento de ellos, sino que es la herencia puesta en sus manos por el viejo orden anterior a los acuerdos. Cierto, pero es que en política hay herencias que no se deben aceptar, sobre todo aquellas que causan gran sufrimiento al pueblo llano y le condenan a la crónica miseria material y espiritual. Un revolucionario tiene el deber moral de desbaratar tales herencias, por demás infames.

El fenómeno que vivimos es que los dirigentes que subieron al tren de la política en la época post acuerdos de paz, llegaron comprometidos en bregar por cambiar el indecente juego político del viejo orden. Y sin embargo, ya probadas las mieles del poder, en lugar de mantenerse fieles al objetivo de cambio, se sumaron alegremente a las viejas reglas y se olvidaron de la sangre derramada por el pueblo.

 

Vuelta de tuerca hacia la total dictadura

La crisis de credibilidad del estamento político es grave y tiende a ser crónica.

Aparte de las membresías partidarias, los estratos populares de la sociedad, consideran a las agrupaciones políticas en general, un mal inevitable con el cual estamos obligados a convivir, de igual manera que nos vemos obligados a convivir con las plagas de mosquitos, el dengue, y el resto de epidemias que padecemos.

La causa principal de la crisis de credibilidad en que se debaten los partidos políticos es que actúan en el marco de lo que Fidel Castro llamaba, “politiquería”. Se trata de un fenómeno muy parecido al de conformación  de maras. Maras y partidos políticos se convierten en tribus, únicamente capaces de velar y gobernar por y para los integrantes de la tribu, desatendiéndose de la nación en general. Todo aquél que no pertenece a su agrupación es sometido al despotismo, al castigo…; a la dictadura. O si nó, veamos:

La obligatoriedad de acudir a conformar las Juntas Receptoras de Votos, a partir de las próximas elecciones de diputados y alcaldes, en la práctica es una forma de dictadura, despotismo…; de castigo en perjuicio de ese vasto y mayorirario segmento de la población civil que reniega de los partidos políticos. De no cumplir con el mandado de los políticos, a los cerca de 100 000 convocados les amenaza multa de $100:00; restricciones migratorias y prohibición de revalidar el Documento Unico de Identidad. Medidas aparentemente leves pero que a una persona humilde de bajos ingresos son suficientes para arruinarle la vida.

¿Acaso no es el más oprobioso despotismo que nuestros gobernantes prohiban renovar el documento que le permite a un salvadoreño cobrar identidad legal y reclamar con ello todos sus derechos ciudadanos? Tal castigo únicamente es comparable a obligar al hombre libre a la condición de esclavo carente de derechos. Por lo que se ve los políticos salvadoreños son capaces de hacernos retroceder en el tiempo y obligarnos a la condición de las más infames satrapías de la antigüedad.

Crearon una serie de normativas, los políticos, en las cuales el mensaje que envían a la población es: “puesto que no confiáis en nuestra honorabilidad de frente al escrutinio; entonces os obligamos a vosotros a hacer nuestro trabajo (contar los votos depositados)”.

Sin embargo la población civil, forzosamente convocada a hacer el trabajo de los políticos, no tendrá la última palabra en cuanto a la validez o no de los votos escrutados. La última palabra la tendrán siempre los políticos. Esto es una manera perversamente ingeniosa de obligar a la población civil a hacer la agotadora labor manual, mientras ellos cómodamente vigilan y corrigen la plana. ¿Todo para qué? Para que volvamos a la rueda de caballitos de siempre, en que los políticos toman posesión de sus cargos, se dedican a mejorar sus salarios, sus lujos y privilegios; gobiernar para sus respectivas tribus, mientras que aquel vasto segmento de la población asqueada de políticos y politiquería continúa sumiéndose en la vil pobreza y miseria espiritual.

Faltaba más! A los salvadoreños forzosamente convocados a las JRV, el Tribunal Supremo electoral les invita $25:00 en calidad de viáticos (alimentación y refrigerios), a cambio de un trabajo que suele prolongarse desde las primeras horas de la mañana hasta prolongadas horas de la noche, por dos, tres días; y en condiciones complicadas como la que se augura esta vez, podría prolongarse por semanas. ¡Pero si únicamente un leve refrigerio de los que acostumbran consumir magistrados del TSE, candidatos y dirigentes políticos cuesta $25:00…!

No cabe duda; nuestros políticos son capaces además, de transportarnos al escenario de la Bartola. En tal escenario Pedro Infante le da a la Bartola 3 pesos mexicanos, para que pague arriendo, teléfono, agua; luz; y lo que sobre, invierta en otros gastos. Todo indica que nuestros dirigentes políticos han encontrado a su Bartola. En realidad siempre la han encontrado; la pregunta es hasta cuándo la pinche Bartola dirá ¡Basta!

No queda la menor duda que nuestra casta dirigente, se atreve a dar una vuelta de tuerca más en el lúgubre intento de consolidar la dictadura total de los políticos sobre el pueblo salvadoreño.

Urías Eleazr

 

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”Anónimos, Relatos y versos comprometidos con El Pulgarcito de América”

Estimados amigos y familiares

Les estoy enviando el Link de la pagina WEB de mi libro ”Anónimos, Relatos y versos comprometidos con El Pulgarcito de América” para que le den una mirada de lo que trata y si tienen alguna inquietud de compra pueden hacerlo por esa misma via o me pueden escribir para dar mayores detalles.

Un poco tarde pero les deseo que tengan todos un buen 2018

Beto Sanchez

PD:

Debido a un error técnico del e-mail recibido de Beto S, no se adjuntó el link. A lo mejor si Beto hace otro intento ….

 

 

 

 




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